Para sentir y pensar: La Escucha Empatica

martes, 4 de octubre de 2011

La escucha empática incluye mucho más que registrar, reflejar o incluso comprender las palabras pronunciadas.

Se escuchan los sentimientos, los significados.

Se escucha la conducta.

La escucha empática es profundamente terapéutica y curativa porque proporciona “aire psicológico”.

Implica un validar a ese otro, a su experiencia sin juicios, sin rótulos, sin censura.Según Carl Rogers, padre del ECP: «Cuando la persona se da cuenta de que se le ha oído en profundidad, se le humedecen los ojos... Es como si un prisionero encerrado en una mazmorra - o un sepultado vivo - consiguiera por fin comunicarse con el exterior. Simplemente eso le basta para liberarse de su aislamiento. Acaba de convertirse de nuevo en un ser humano.»

“Cuando escucho realmente a una persona, incluido el significado importante para ella en aquel momento, oyendo no solo las palabras, sino a la persona en sí y cuando le hago saber que he captado su propio significado privado, ocurren muchas cosas. Lo primero es una mirada de agradecimiento.”

Esta comprensión empática exige no olvidar que se trata de los sentimientos de otra persona y no de los nuestros.

Si lo que escuchamos tiene alguna relación con problemas o sentimientos nuestros, es muy fácil identificarse con ellos y sufrir el dolor del otro como si fuera nuestro.

La identificación nubla nuestro raciocinio y nos impediría ver con suficiente lucidez cómo podríamos ayudar al otro a clarificar sus propios problemas.

Se trata de no sentirse deprimido por su depresión, angustiado por su angustia ni absorbido por su necesidad de dependencia.

Ya que si aparece una identificación emocional hablamos de simpatía, no de empatía.

Etimológicamente simpatía significa, sentir con.

Clr. Marta Finelli

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