Etimológicamente empatía significa sentir adentro, em : adentro y patia: sentir. Es la capacidad de comprender sentimientos, pensamientos y necesidades de un otro, desde su mundo propio y particular desde el que vive y habla.
Es el ponerse en los zapatos del otro sin olvidar los propios.
“Antes de sacar conclusiones de alguien, intenta caminar en sus botas.” Proverbio chino.
La esencia de la escucha empática no consiste en estar de acuerdo; consiste en comprender profundamente y completamente a la otra persona, tanto emocional como intelectualmente.
La escucha empática incluye mucho más que registrar, reflejar o incluso comprender las palabras pronunciadas. Se escuchan los sentimientos, los significados. Se escucha la conducta.
La escucha empática es profundamente terapéutica y curativa porque proporciona “aire psicológico”. Implica un validar a ese otro, a su experiencia sin juicios, sin rótulos, sin censura.
Esta comprensión empática exige no olvidar que se trata de los sentimientos de otra persona y no de los nuestros. Si lo que escuchamos tiene alguna relación con problemas o sentimientos nuestros, es muy fácil identificarse con ellos y sufrir el dolor del otro como si fuera nuestro y esto pasa a ser simpatía.Lo ideal es poder entrar en el mundo privado del otro y ver sus sentimientos y motivaciones, sin juzgar ni evaluar, tal como él los ve. Moverse en ese ámbito con delicadeza, sin pisotear conceptos o valores que son importantes para él. Se trata de percibir intuitivamente, no sólo aquellas experiencias que para él son conscientes, sino también esas otras que percibe apenas en forma velada y confusa.
Según decía Rogers: «Cuando la persona se da cuenta de que se le ha oído en profundidad, se le humedecen los ojos... Es como si un prisionero encerrado en una mazmorra - o un sepultado vivo - consiguiera por fin comunicarse con el exterior. Simplemente eso le basta para liberarse de su aislamiento. Acaba de convertirse de nuevo en un ser humano.»
Cuánto más me conozco en mis pensamientos, en mis sentimientos, en mi funcionar puedo ir al encuentro del otro para escucharlo, lo más claramente posible, desde su propio mundo que es diferente del mío.Dice el Dr.A. Ciaramicoli: “La empatía es el puente que une el abismo que nos separa a unos de otros. Con la empatía como guía, podemos extender nuestro vínculo alcanzando territorio inexplorado, para establecer relaciones profundas y cordiales. Por medio de expandir nuestro ser, damos energía dinámica y sentido de propósito a nuestra vida interior. Al alcanzar a los otros participamos de una de las más significativas experiencias vitales: la gratitud, la humildad, el perdón, la tolerancia, la misericordia y el amor.Pienso que la empatía puede hacer que el mundo sea un lugar más seguro y amable donde vivir.Juguetona y curiosa, siempre interesada en la interacción momento a momento, la empatía tiene el alma de un poeta, el corazón de un niño y la sabiduría de un adivino.”
Es el ponerse en los zapatos del otro sin olvidar los propios.
“Antes de sacar conclusiones de alguien, intenta caminar en sus botas.” Proverbio chino.
La esencia de la escucha empática no consiste en estar de acuerdo; consiste en comprender profundamente y completamente a la otra persona, tanto emocional como intelectualmente.
La escucha empática incluye mucho más que registrar, reflejar o incluso comprender las palabras pronunciadas. Se escuchan los sentimientos, los significados. Se escucha la conducta.
La escucha empática es profundamente terapéutica y curativa porque proporciona “aire psicológico”. Implica un validar a ese otro, a su experiencia sin juicios, sin rótulos, sin censura.
Esta comprensión empática exige no olvidar que se trata de los sentimientos de otra persona y no de los nuestros. Si lo que escuchamos tiene alguna relación con problemas o sentimientos nuestros, es muy fácil identificarse con ellos y sufrir el dolor del otro como si fuera nuestro y esto pasa a ser simpatía.Lo ideal es poder entrar en el mundo privado del otro y ver sus sentimientos y motivaciones, sin juzgar ni evaluar, tal como él los ve. Moverse en ese ámbito con delicadeza, sin pisotear conceptos o valores que son importantes para él. Se trata de percibir intuitivamente, no sólo aquellas experiencias que para él son conscientes, sino también esas otras que percibe apenas en forma velada y confusa.
Según decía Rogers: «Cuando la persona se da cuenta de que se le ha oído en profundidad, se le humedecen los ojos... Es como si un prisionero encerrado en una mazmorra - o un sepultado vivo - consiguiera por fin comunicarse con el exterior. Simplemente eso le basta para liberarse de su aislamiento. Acaba de convertirse de nuevo en un ser humano.»
Cuánto más me conozco en mis pensamientos, en mis sentimientos, en mi funcionar puedo ir al encuentro del otro para escucharlo, lo más claramente posible, desde su propio mundo que es diferente del mío.Dice el Dr.A. Ciaramicoli: “La empatía es el puente que une el abismo que nos separa a unos de otros. Con la empatía como guía, podemos extender nuestro vínculo alcanzando territorio inexplorado, para establecer relaciones profundas y cordiales. Por medio de expandir nuestro ser, damos energía dinámica y sentido de propósito a nuestra vida interior. Al alcanzar a los otros participamos de una de las más significativas experiencias vitales: la gratitud, la humildad, el perdón, la tolerancia, la misericordia y el amor.Pienso que la empatía puede hacer que el mundo sea un lugar más seguro y amable donde vivir.Juguetona y curiosa, siempre interesada en la interacción momento a momento, la empatía tiene el alma de un poeta, el corazón de un niño y la sabiduría de un adivino.”
Clr. Marta Finelli
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