Las mujeres y los hombres van atravesando distintas etapas en el trascurso de sus vidas.
El crecimiento, el desarrollo, las propias vivencias van haciendo su aporte para que la persona baja madurando, y desplegando.
La sociedad y la cultura donde la persona se encuentra inmersa también hacen su aporte al igual que ciertos factores económicos.
La mujer al llegar alrededor de los 40, 50 años puede experimentar una crisis que será más o menos intensa según como haya sido el camino que ha recorrido hasta entonces.
Puede que se encuentre con más tiempo disponible, ya que tal vez sus hijos sean más grandes y ya no dependen tanto de ella.
Si durante estos largos períodos de vida ha podido proyectarse socialmente, ya sea con actividades y/o una profesión, y ha podido construir lazos no solo los referidos a la familia o amoroso, sino también aquellos que brindan la amistad o el compañerismo, es probable que la mujer encuentre en esta etapa más posibilidades en las que apoyarse para sobre llevar la crisis.
Este viene a ser un momento de balance donde se verá cuales son los logros a los que se ha arribado de aquellos que se habían planteado al iniciar el camino y se considera con que se cuenta para seguir adelante. Para resolver, quizás sea necesario aceptar las verdaderas posibilidades y atreverse a intentar nuevas formas.
Si lo que hasta ahora dio resultado pero ya no, o lo intentado nunca dio el resultado esperado, será tiempo de probar aunque sea en pequeña medida algunas modificaciones que en la suma dará nuevos resultados.
Justamente las crisis traen la oportunidad para renovarse.
Hay mujeres que no quieren ver reflejado en su persona el paso de los años.
Cuando logran “amigarse” con los años venideros, y entienden que el acompañarse a sí mismas, completarse, aceptarse y además logran plasmarse en su medio, de tal forma que sienten que trascenden … esto les aporta una felicidad interna que se verá reflejada en todo su ser ; lo reflejará n en su actitud, en el brillo de su mirada, en su predisposición para la vida.
Ser fiel a sí misma, ser quien es, más allá de los que los otros esperan de ella, le brindará a la mujer en esta etapa un plus que lejos de relacionarse con la decadencia, podrá hacerle sentir la madurez de sus procesos y la confianza en su persona.
Cuando una mujer se siente con la libertad de revisarse, de redireccionar su andar, de retroceder si es necesario, sin temor a perderse en el intento, probablemente los 50 años no sean motivo de una angustia o preocupación, por el contrario podrá sentir que lo que abraza en su vivir va sumando a su aprendizaje, que va dando dirección y significado a su existencia.
De esta manera el sentimiento interno podríamos decir que no se construye en razón del tiempo.
Clr Graciela Taffarelli
Como sentimos lo que vivimos?: ¿Qué siente una mujer a los 50 años?
lunes, 26 de septiembre de 2011
Publicado por
Luciano Trejo
en
23:34
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2 comentarios:
Unknown
3 de febrero de 2015, 16:36
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1
Me parece interesante el articulo
Unknown
2 de septiembre de 2018, 20:37
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1
Excelente talcual
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