Bienvenidos nuevamente a “Sin Tabúes”, en nuestra emisión número 7.
Mi nombre es Yanina La Provitera. Soy Consultora Psicológica especializada y conductora de este espacio.
Hoy continuaremos hablando de Sexualidad, pero, en esta ocasión, durante la adultez.
En esta etapa, encontramos dos periodos: uno abarca de los 20 a los 30 años, en el cual la persona padece muchos cambios, principalmente psicológicos, y toma decisiones que marcarán su vida.
Luego tenemos el otro periodo, que llega hasta los 40, en el cual se experimenta, se conoce, se busca y profundiza en la propia expresión sexual y se busca estabilidad. No quiere decir que en el periodo anterior no suceda esto, pero se incrementa en este momento. Igualmente, siempre hay excepciones.
Veamos algunas de las características que encontramos en un adulto saludable, desde el punto de vista sexual, y las conductas que lo benefician.
El adulto saludable puede disfrutar y expresarse libremente, respetándose a sí mismo y a los demás, y de manera congruente con sus valores. Sabe discernir entre los comportamientos sexuales que realzan su vida y aquellos que son dañinos para sí mismo y/o para otros, y se hace responsable por ellos.
Es muy importante respetar tanto los propios deseos como los de la otra persona y sus necesidades. Todos somos diferentes y ejercer la sexualidad es un trabajo arduo. No todos tenemos los mismos tiempos, las mismas formas de actuar y comunicarnos. La comunicación en la pareja es muy importante. No nacemos sabiendo cómo satisfacer al otro y cómo satisfacernos a nosotros mismos. Cada uno tiene fantasías, deseos, formas diferentes de manejarse y es bueno comunicarlas, así como también es saludable que uno mismo se auto-explore para conocerse, por ejemplo, masturbándose. Es importante rescatar que la ansiedad y el stress son factores inhibidores del deseo sexual.
La ignorancia, las falsas creencias, los mitos y la mala información sexual, pueden ser la causa de muchos problemas sexuales.
El adulto entiende que el desarrollo humano incluye la sexualidad, y que todo acto no tiene como fin la reproducción o la experiencia sexual genital. Ya sabemos que la sexualidad, fuente de placer y bienestar, nos permite, entre otras cosas, disfrutar de una privilegiada forma de comunicar sentimientos y sensaciones con otra persona. Es una dimensión natural y sana de la vida, y abarca dimensiones físicas, éticas, espirituales, sociales, psicológicas y emocionales.
Se deben usar anticonceptivos de manera correcta para evitar embarazos no deseados y enfermedades, y se deben realizar exámenes médicos regulares. Los jóvenes que tienen relaciones sexuales deben tener acceso a información sobre servicios de salud y prevención del embarazo y enfermedades de transmisión sexual. Es importante que estos temas se hablen dentro de la familia también.
Si no conoce bien a su pareja sexual, tome las debidas precauciones. Cabe rescatar que si conoce a su compañero sexual, igualmente debe tomarlas. Se debe tener respeto y cuidado no sólo con una pareja estable, sino, también, con los compañeros/as sexuales, aunque sean relaciones de un día. Todos valemos de igual manera y todos debemos ser respetados. Así como se construyen pactos con una pareja, también debe haberlos entre desconocidos. La excusa del “no compromiso” no es justificación para degradar, humillar, descuidar a la otra persona. Muchas relaciones de hoy en día se inician con ese lema: “quiero este tipo de relación para no tener compromisos”. En todo tipo de vínculos “hay compromisos”, aunque sean mínimos, ya que no somos objetos, sino sujetos, por lo tanto, hay pactos y reglas básicas de respeto, sinceridad y cuidado que deben mantenerse para el bien de todos, más allá que lo que una a los miembros sea la atracción física y no el amor.
Hemos terminado por hoy. Gracias por acompañarnos.
Clr. Trad. Yanina La Provitera.
Sin tabúes: Sexualidad durante la adultez
martes, 27 de septiembre de 2011
Publicado por
Luciano Trejo
en
22:11
Etiquetas: Sin tabues - Yanina LaProvitera
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