Bienvenidos, nuevamente a “Sin Tabúes” en nuestra segunda emisión.
Para los que todavía no me conocen, mi nombre es Yanina La Provitera. Soy Consultora Psicológica especializada y conductora de este espacio.
Hoy seguiremos abordando el tema de la “Sexualidad”.
Como habíamos especificado en el programa anterior, la sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas, psicológico-afectivas, aspectos culturales, religiosos, entre otros, que caracterizan cada sexo, por lo tanto, no es solamente lo genital o la sensualidad. También incluye el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas, asociados a la búsqueda del placer sexual.
Las cuatro características de la sexualidad son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad y el sexo genético y físico.
El erotismo es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo.
La vinculación afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales significativas.
La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y criarlos, incluye efectivamente los sentimientos de maternidad y paternidad, las actitudes paternas y maternas, además de las actitudes favorecedoras del desarrollo y educación de otros seres.
La característica del sexo desarrollado, comprende el grado en que se vivencia la pertenencia a una de las categorías dimórficas (femenino o masculino). Es de suma importancia en la construcción de la identidad, parte de la estructura sexual, basado en el sexo, e incluye todas las construcciones mentales y conductuales de ser hombre o mujer.
Uno de los productos de la interacción de estos factores es la orientación sexual. En efecto, cuando interactúan el erotismo (la capacidad de sentir deseo, excitación, orgasmo y placer), la vinculación afectiva (la capacidad de sentir, amar o enamorarse) y el género (lo que nos hace hombres o mujeres, masculinos o femeninos) obtenemos alguna de las orientaciones sexuales a saber: la bisexualidad, la heterosexualidad y la homosexualidad.
Vamos a ver, también, que la la sexualidad tiene dos finalidades principales: una es la reproductora y otra, la placentera:La función reproductora es la más antigua en la filogenia (o evolución de las especies), y por eso la comparten tanto los animales inferiores como el ser humano. Su objetivo es la producción de un nuevo ser de la misma especie.La función placentera se define como “el ejercicio conciente del placer sexual”. Es la culminación evolutiva de la sexualidad y se la puede llamar humana, porque ella nos distingue de los demás seres del reino animal, junto con la función intelectiva.
En próximas emisiones, vamos a seguir hablando de este tema.
Gracias por acompañarnos. Seguimos con “Enfocados en Vos”.
Clr. Trad. Yanina La Provitera
Para los que todavía no me conocen, mi nombre es Yanina La Provitera. Soy Consultora Psicológica especializada y conductora de este espacio.
Hoy seguiremos abordando el tema de la “Sexualidad”.
Como habíamos especificado en el programa anterior, la sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas, psicológico-afectivas, aspectos culturales, religiosos, entre otros, que caracterizan cada sexo, por lo tanto, no es solamente lo genital o la sensualidad. También incluye el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas, asociados a la búsqueda del placer sexual.
Las cuatro características de la sexualidad son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad y el sexo genético y físico.
El erotismo es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo.
La vinculación afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales significativas.
La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y criarlos, incluye efectivamente los sentimientos de maternidad y paternidad, las actitudes paternas y maternas, además de las actitudes favorecedoras del desarrollo y educación de otros seres.
La característica del sexo desarrollado, comprende el grado en que se vivencia la pertenencia a una de las categorías dimórficas (femenino o masculino). Es de suma importancia en la construcción de la identidad, parte de la estructura sexual, basado en el sexo, e incluye todas las construcciones mentales y conductuales de ser hombre o mujer.
Uno de los productos de la interacción de estos factores es la orientación sexual. En efecto, cuando interactúan el erotismo (la capacidad de sentir deseo, excitación, orgasmo y placer), la vinculación afectiva (la capacidad de sentir, amar o enamorarse) y el género (lo que nos hace hombres o mujeres, masculinos o femeninos) obtenemos alguna de las orientaciones sexuales a saber: la bisexualidad, la heterosexualidad y la homosexualidad.
Vamos a ver, también, que la la sexualidad tiene dos finalidades principales: una es la reproductora y otra, la placentera:La función reproductora es la más antigua en la filogenia (o evolución de las especies), y por eso la comparten tanto los animales inferiores como el ser humano. Su objetivo es la producción de un nuevo ser de la misma especie.La función placentera se define como “el ejercicio conciente del placer sexual”. Es la culminación evolutiva de la sexualidad y se la puede llamar humana, porque ella nos distingue de los demás seres del reino animal, junto con la función intelectiva.
En próximas emisiones, vamos a seguir hablando de este tema.
Gracias por acompañarnos. Seguimos con “Enfocados en Vos”.
Clr. Trad. Yanina La Provitera
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