Como sentimos lo que vivimos?: Mandatos y creencias familiares.

lunes, 24 de octubre de 2011

Los mandatos, creencias y tradiciones familiares las heredamos conscientemente o inconscientemente de forma implícita (gestos, miradas, acciones, etc.) o explicita (mensajes claramente expresados, de que “así debe ser”)

Inicialmente cuando somos niños y nos vamos formando y cumplir con estos mandatos, no alivia
y nos da la seguridad de la aceptación familiar y de ser “merecedores de recibir el amor que nuestra familia pueda brindarnos.

En toda familia hay mandatos y creencias respecto a la vida, los afectos, a la moralidad, a lo que es conveniente y a lo que debe ser rechazado.

Esto condiciona fuertemente el desarrollo de un individuo y en algunos casos su vida entera, por que a través de ellos se imponen ideas, acciones y sentimientos, etc.

Muchos de estos mandatos familiares podríamos decir que resultan educativos y ayudan a
que un individuo se forme y logre finalmente una buena convivencia e inserción social en su medio.


Pero sin embargo otra reglas familiares puede producir exactamente lo contrario y dejar a la persona anclada en situaciones que obstaculizan su desarrollo y lo que es peor aun su sintonía con la vida y su felicidad.

Estas personas pueden sentirse bloqueadas, sin autonomía, temerosas por no poder tomar el timón de su vida y decidir en su favor, intentando respetar ciertos mensajes familiares, que están tan integrados rígidamente al pensamiento que el solo dudar de ello provoca una profunda angustia.

Hay mensajes que claramente conservan cierta carga negativa que hacen que el individuo no solo no logre su bienestar, sino que además oriente permanentemente toda su energía en función
de su propio boicot.

¿Cómo salir de estas instancias?

La duda aquí puede ser un punto interesante para encontrar nuevos caminos.

“Esto que siempre se vio así o que se hizo así”, ¿sigue teniendo la misma razón se de
ser de esta manera?

El poder reconocer que ideas y pensamientos nos abordan con cierta rigidez que no nos permiten dudas, pero que sin embargo nos provocan cierta tensión o angustia llevarlas a cabo, sería un gran paso para comenzar a revisarlas y ver en qué aspectos guardan afinidad con nuestro sentir y en cuales no.


Se trata de no tomar un mensaje o una creencia sin evaluar, sin sentir que genuinamente nuestro ser profundo es coincidente con esa idea.

Algunas veces puede resultarnos difícil avanzar en este aspecto, porque implícitame se nos aparece el fantasma del temor a perder ciertos afectos y el lugar familiar que ocupamos.

Para entender mejor esto: “Si en mi familia es bueno que yo sea siempre el mas fuerte, el hecho de mostrar mi flaqueza o mi tristeza, puede hacer que en mi familia no me reconozcan y no me valoren…”

Animarnos a mirar más allá, requiere valentía, tal vez es cierto que cuando nos decidimos a hacerlo, puede que algo perdamos en el camino… pero en eso mismo que perdemos es bueno saber, que tal vez nos estemos recuperando a nosotros mismos.


Clr. Graciela Taffarelli

1 comentarios:

1

dijo...

Me Gusto mucho, muy Claro y Preciso todo lo expuesto en este Informe!!!! Excelente y Felicitaciones!!!!

Muchas Gracias Hector Daydé