Como sentimos lo que vivimos? (¿Estar solo o sentirse solo?)

jueves, 8 de septiembre de 2011

A la soledad podemos definirla desde dos puntos de vista distintos. Uno es referente al estado, es decir concretamente estar solo.
A su vez, esta situación puede ser consecuencia de una elección propia o bien puede ser el resultado de una situación concreta no elegida, como por ejemplo tener que mudarse solo a otra ciudad para estudiar, tener que separarse de una pareja, perder a un ser querido que convivía con uno, y otras tantas razones.

Otra situación muy diferente es cuando una persona se siente sola.
Cuando la persona puede sentirse así aún estando en compañía de otros.
En estos casos es probable que lo aborden sentimientos de angustia y desasosiego a menudo.

El sentimiento de soledad puede estar relacionado a diferentes aspectos, como por ejemplo sentir que no pertenece al grupo cercano con el que convive, sentir que no hay un reconocimiento del resto de las personas hacia uno, tener una imagen desvalorizada de si mismo, sentir que es rechazado o no querido por su entorno…
Estas pueden ser razones de peso para que una persona tienda a aislarse, se angustie y se sienta muy sola.

Sin embargo esto no siempre tiene que ver con lo que realmente el entorno exprese y sienta ; en más de una situación la verdadera causa está en cómo la persona se percibe a sí misa y como percibe a su entornos y a sus vínculos.
La baja auto- estima es un elemento que puede influir notoriamente sobre esta emoción.
El temor a la soledad puede llevar a las personas a establecer vínculos sumamente dependientes. Cualquier tipo de separación aunque sea momentánea les provocará ansiedad y angustia.

Cuando el temor a la soledad se intensifica, la persona puede tender aislarse por tiempos prolongados, en estos casos las creencia acerca de sí misma son negativas, puede no tener
auto- confianza, por lo tanto se le dificulta relacionarse socialmente.
Antes de llegar a estos puntos tan extremos sería favorable poder iniciar un proceso de ayuda para poder bucear en su interior y reconocer que aspectos son necesarios comenzar a cambiar para mejorar estas percepciones.

Reservar un espacio para estar en intimidad, siendo este una elección, puede ser una buena ocasión para poder entrar en contacto con uno mismo, revisarse y conocerse en profundidad.
Esto permitirá disfrutar de las cosas que uno solo puede hacer de esa manera en ese estado: escuchar música , preparase para un acontecimiento, meditar y otras tantas posibilidades que sin duda aportarán a un mayor bienestar.
El tener un momento en soledad puede significarle a la persona instancias de crecimiento y maduración. Puede ayudar a elaborar ideas más enriquecedoras y creativas, a que se proponga nuevas metas, proyecte acciones diversas, evalúe causas y consecuencias de distintas situaciones etc.

Valorar positivamente el tener momentos de soledad es un buen indicador de bienestar y madurez emocional para la persona.
Clr Graciela Taffarelli

0 comentarios: