Desarrollo y despliegue.

Estos son términos que repetimos bastante a menudo y que podríamos decir que en este momento tienen cierta carga cultural en relación a lo que le significa para la persona insertarse social, profesional y laboralmente de una manera positiva y exitosa.
Sin embargo para obtener estos resultados el proceso para la persona es interno.
La vida constantemente nos va ofreciendo situaciones en la que debemos elegir. Entonces… podemos optar por actitudes de defensa, porque nos sentimos amenazados, actitudes de huida, porque sentimos miedo.
En esto último pueden influir ciertas creencias y mandatos que hemos internalizado en la niñez, de los adultos que fueron significativos para nosotros y del medio. Podemos sentir que nuestra imagen ideal no se corresponde con la imagen real que tenemos de nosotros mismos, es aquí donde nuestra estima se ve dañada. Cuando esto ocurre, sentimientos de inseguridad, angustia y desborde son los que afloran en nuestro ser.
En cambio cuando la elección es una actitud de afrontamiento en donde además nos disponemos a crecer en función de los aprendizajes de las nuevas situaciones, es muy probable que la autoimagen que tenemos se asemeje más a la real. Por lo tanto los mecanismos defensivos no serán tan necesarios ya que nuestros temores, al conocernos más profundamente, habrán disminuido dando paso así a un mejor funcionamiento de nuestras percepciones y permitiendo un mayor contacto con nuestra voz interior.
¿Qué es necesario entonces?
Para abordar la vida desde este lugar necesitamos confiar en nosotros mismos.
Para ello es imprescindible ahondar en el autoconocimiento. “Más me conozco… mas conozco mi sentir, mis posibilidades, mis capacidades, mis limitaciones”.
Para que el cambió se produzca es necesario producir un cambio en nuestras percepciones. Renovar la mirada que tenemos de nosotros mismos y de nuestro entorno. Entonces muchos fantasmas se diluyen , es como iluminar parte de la oscuridad que desconocemos.
Cuando comenzamos a transitar el viaje hacia nuestro interior, se nos hacen más nítidas las voces de nuestro sentir, es mas realista la percepción del medio, nuestra intuición se hace mas evidente, nuestro impulso se organiza y la creatividad aflora... De esta forma vamos actualizando nuestro “Sef” (el sí mismo”) y re-significando nuestra vivencia.
Los proyectos, planteos y situaciones a resolver provocarán en nosotros más que una preocupación, una ocupación del tema. Ocuparnos de una manera más activa, con una actitud positiva y creativa para resolver y lograr los objetivos que teníamos planeados.
Cada ser humano trae en sí mismo un sin fin de potencialidades que avanzarán simultáneamente en sus diferentes dimensiones, esta será un proceso constante donde los alcances continuos pueden sorprendernos y maravillarnos… Sería una relación directamente proporcional, mas nos conocemos, mas nos desplegamos, mas podemos poner en el afuera parte de nuestros “tesoros” internos.
Clr. Graciela Taffarelli.
0 comentarios:
Publicar un comentario