Que nos dice hoy Graciela? (Los hijos del divorcio)

lunes, 2 de mayo de 2011

Los hijos del divorcio…

El divorcio en una pareja suele producir sufrimiento y estrés.
El hecho de haber tenido hijos incrementa la angustia y el malestar. Seguramente la separación no estaba instalada como posibilidad al momento de formar una familia.
Esta vez pondremos la mirada en los hijos. Entonces es necesario aclarar que en la mayoría de los casos la separación de los padres, para los hijos implica un sufrimiento, por varias razones:
El divorcio no fue una decisión de ellos, por lo tanto les cuesta asumir que dejarán de convivir con uno de sus padres. Esto puede provocar además de sufrimiento cierta inseguridad, temor al abandono. Desde sus creencias pueden pensar que sus padres se separan porque el o ella no es un buen niño o una buena niña, lo que repercutiría directamente sobre su auto-estima, sobre la imagen que tiene de sí mismo.
Cuando además deben mudarse del lugar que habitaban por cuestiones de arreglos o no arreglos económicos entre los progenitores, a la crisis por la que tiene que atravesar, se le suma, el “duelo de la mudanza”. Deben dejar espacios que le resultaban propios, y quizás elementos, etc. …
Cada progenitor posiblemente también sufra sus propias angustias respecto a tener que separarse de sus hijos. También sentirán temores e inseguridades que le provoquen malestar y desequilibrio. Se sumaría a esto, cambios significativos de horarios y hábitos, donde los hijos quedarían atrapados en decisiones que solo ponen el acento en la necesidad de los adultos, sin mirar lo que está ocurriendo con ellos.

¿Qué necesitarían básicamente los hijos de padres divorciados?

Que tanto el padre como la madre comprendan que en esa instancia todos tienen aspectos para sentir que están perdiendo. Todos han perdido la constitución de la familia tal y como estaba. También todos pueden sentir que tal vez haya otras instancias que van a ganar. Algunas veces cuando los vínculos están tan apegados a nosotros, no le damos el valor ni la dimensión que tiene. Y las distancias nos puede hacer resignificar ese vínculo, especial mente madre-hijo, padre- hijo.
Los niños necesitan que ambos padres les comuniquen la decisión tomada y que se les aclare que ellos serán siempre considerados por ambos y que esta separación “nada tiene que ver con ellos”. Esto les dará un marco de mayor alivio y seguridad de que si bien es un divorcio, porque hubo problemas, se pudo resolver en forma madura y responsable, de común acuerdo.
Otro aspecto importante es que los adultos tengan presente que a partir de aquí las opiniones de los niños, en algunos de los casos deberán ser tenidas en cuenta… como por ejemplo poder respetarles en determinado momento, cuando no quieren reunirse con el “progenitor de turno”, porque tienen pendientes otros intereses…
También es importante conocer el daño que se les puede causar desvalorizar la imagen paterna o materna frente a el.
Es necesario tener muy presente que si el divorcio no logra “resolver el conflicto” que los adultos tenían, esto podría representar significativas las huellas que dejen en sus hijos para sus vínculos futuros.
Para ellos sus padres hasta ese momento eran su garantía mayor, su apoyo y en quienes tenían depositado todo su afecto.
Entonces cuando ciertos aspectos no son tenidos en cuenta, por que el enojo, frustración y malestar, superan las posibilidades de frustración de los adultos, es necesario buscar la ayuda adecuada.
El proceso de Counseling puede ayudar a los adultos a aceptar esto que les pasa y asumir como se sienten, para luego poder acordar y proyectar las nuevas instancias de una manera menos traumática, respetando individualidades y apuntalando el nuevo equilibrio de cada uno de los miembros implicados en esta situación.
Clr. Graciela Taffarelli.

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