Como sentimos lo que vivimos? (La decepción)

domingo, 29 de mayo de 2011

¿Qué es la decepción?

Podemos decir que la decepción es un sentir que implica frustrarse, desencantarse, desilusionarse. Para ello es necesario haber puesto expectativas, deseos, esperanzas en algo o en alguien que en este momento nos frustran.
Esto conlleva a una sensación desagradable de insatisfacción o vacío que no podemos sustituir.

La mayoría de las veces este sentir tiene se relaciona más con lo interno de uno que con lo externo a uno.
¿Por qué?
Porque a menudo ponemos en situaciones, objetos o en otras personas, atributos que son los que desearíamos que tengan y quizás no tienen y son esos mismo atributos que cuando faltan, nos decepcionan.

Por lo general al interactuar con el medio y las personas lo hacemos en relación a nuestros supuestos, creencias y representaciones. Esto sucede de acuerdo a cómo percibimos la realidad.

La frustración puede desencadenar en nosotros comportamientos agresivos, hostiles o de aislamiento.
Cómo sobrellevar una misma frustración dependerá de cada persona, según su umbral de tolerancia ante la imposibilidad de obtener lo deseado.

Los procesos de madurez resultan en sí mismos una secuencia de obstáculos que el individuo fue resolviendo, mientras necesariamente fue aceptando las limitaciones.
Si logramos que nuestros objetivos, esperanzas y deseos se construyan en base a un plano mas real, es posible que las decepciones que obtengamos del medio y de las personas sean menos intensas.

Sin embargo importante es decir respecto a este tema, que es necesario aprender a distinguir que hay en esta gama de graduación, respecto a la intensidad y a la frecuencia , en relación a lo que nos frustra. Puede dejar heridas psicológicas difíciles de superar, en especial si estas frustraciones se nos han presentado en la infancia o juventud, donde además contamos con muchos menos recursos psíquicos para superarlas.

En estos casos la ayuda profesional puede brindar una nueva alternativa para ese malestar.

A medida que vamos logrando un mayor autoconocimiento, descubrimos nuestras capacidades y nos sentimos más confiados y seguros de las herramientas con las que contamos. Esto nos permite percibir y vivenciar las experiencias de una forma más real y objetiva, sin necesidad de poner tanta expectativa en el afuera porque sabemos con lo que contamos en nuestro interior.

Graciela Taffarelli.

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