Análisis de María Guidobono (Película: Tengo algo que deciros)

viernes, 22 de abril de 2011

Durante la ultima semana, María Guidobono nos recomendó ver la película (Tengo algo que deciros), y el jueves 21 de Abril del 2011, en el programa radial (Enfocados en vos...), nos regalo su análisis de la misma, desde la mirada del Counseling.

Hola Luciano, amigos. “Tengo algo que deciros” es una película que nos permite pensar en el secreto familiar, su enlace con la autenticidad y la aceptación positiva incondicional.
“tenían que gustarle las mujeres como me gustan a mi”-dice el padre
“si hacés lo que te dicen los demás no vale la pena vivir” –dice la abuela.
“cansa más callarse que decir lo que uno piensa”-dice la tía.
“tengo algo que deciros, treinta años he estado escondiéndome”- dice uno de los hijos, adelantándose al hermano.
Todos sabían todo, pero no se animaban a asumirlo. Otra vez el tema de los mandatos y el deseo del otro que no se cumple, o que se cumple hasta que ya no se puede más.
Al chivo emisario, en este caso el hijo más grande va a parar todo lo malo, todo lo no esclarecido de la familia, y es por eso que cuando se destapa esta olla todo se ve trastocado. El visto como “enfermo” en todo caso es el más sano. Pues los demás o son sumisos (como el caso de la madre) o han vivido toda la vida bajo el mandato familiar (como hizo la abuela que se casó de quien no estaba enamorada porque no se animó a hacerlo con su cuñado), la tía es alcohólica porque no pudo superar una historia de amor, la hija tiene que cuidar de su hijas, a pesar que quiere trabajar (que después lo logra) el padre que se dice correcto resulta que tiene una doble vida. O sea, está todo callado, está todo puesto en ese hijo que se anima por fin, a decir lo que le pasa, que cuenta desde su autenticidad su historia, su ser quien es y no lo que los demás quieren que sea. Lo cómico es que su hermano le dijo que iba a decir lo mismo, y él también aparece atravesando una historia parecida. Es un puntapié que abre el camino, pero a la vez lo cierra, porque ahí aparece el drama de nuestro protagonista que ya supo las consecuencias de ser auténtico en la familia. No quiero decir cómo se resuelven las historias, porque me gustaría que vean la peli aquellos que no la vieron aún.
Me interesa que desde esta perspectiva, pensemos en el secreto familiar que puede estar fantasmáticamente rodéando nuestras vidas, que puede estar tapando y acallando muchos gritos de libertad, que puede actuar en detrimento nuestro, y quizás tengamos pistas que dejamos pasar, pensando en que es lo mejor para todos. Pero un buen sistema de comunicación en la familia, una crianza hacia los hijos que tenga que ver con aceptarse como uno es y aceptar al otro, es el primer paso hacia lo más saludable.
Amigos, me despido hasta la próxima, donde estaremos reflexionando sobre la película: “Cosas que importan”

María Guidobono

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