Un nuevo espacio.
Donde todos, podemos expresar lo que pensamos y sentimos, desde la mirada del Counseling.
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Autor: Maria de las Mercedes Guidobono de Martinez
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Tema: Ser Counselor
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“Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.” Sartre
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El counselor es un profesional que ayuda psicológicamente a una persona que se encuentra en crisis, a poder resolverla de la mejor manera posible, en un proceso terapéutico en donde la palabra y la escucha tendrán un lugar preponderante, y en donde el consultante será protagonista de su propio recorrido terapéutico. No se trata de patologías mentales, esas corresponden a otras competencias profesionales, los counselors nos dedicamos a escuchar a las personas que sufren, y sufren porque están en el mundo, ser-en-el- mundo implica una profunda conmoción, un dolor existencial, un vacío, una falta en ser que moviliza, que hace que muchos se pregunten, se cuestionen acerca de por qué están en esta vida o para qué. Y un sinfín de incógnitas personales que cada uno lleva, que cada uno trae a la consulta. Cosas que pasan, porque pasa la vida, porque es propio del ser humano interrogarse en su interioridad. A veces las crisis, nos confunden, nos alejan de nosotros mismos, nos impiden que miremos las cosas desde otra perspectiva, que tomemos decisiones, que nos conozcamos, que nos “habilitemos” para ser nosotros mismos, y ahí está el counselor: ayudando psicológicamente, desde su marco teórico, y desde su ser persona, a que el consultante pueda atravesar, y atravesarse, en su sí mismo para así conocer, reconocer, y formar nuevos recursos que lo lleven por fin, hacia donde él mismo quiere llegar. En este proceso, considero fundamental la escucha empática: poder escuchar al consultante, crear un clima favorable, propicio, empático, para que el consultante se sienta cómodo, sienta que es su espacio. Otra cosa a tener en cuenta es la aceptación incondicional que para nosotros tiene que ver con el respeto hacia la persona, significa no juzgarlo, no tiene que ver con estar de acuerdo con lo que dice y/o hace el consultante, sino con aceptar que es una persona diferente que el consultor o cualquier otra persona, que tiene sus valores, creencias, etc. Sobre la base de la no-directividad se posiciona el consultor. El consultante es el protagonista de su propio proceso terapéutico, en donde las intervenciones, señalamientos, interpretaciones, etc., que haga el consultor, tengan que ver con lo que trae a la consulta el consultante, devolverle eso, tal vez podemos decir que mediante la técnica del reflejo; sin que sean intervenciones indicativas, imperativas que direccionen ese proceso hacia un camino que no es el del consultante, sino el del consultor. También es fundamental el aporte de la psicología social (y como psicóloga social sé que esto no puede quedar afuera) en cuanto a que el consultor debe saber que ese sujeto padeciente que viene a la consulta, es un sujeto social, nacido en un contexto determinado, y que su vida estará atravesada por cuestiones sociales , económicas, políticas, etc, y que además está dentro de una familia cuyos mandatos, creencias, sistema de valores, influyen en la concepción y percepción del mundo y de la vida del consultante. Por otra parte, me parece importante el encuadre que tiene que ver con modalidad de tiempo y espacio, es decir: horario, días, duración de la sesión, honorarios, etc., dan un marco de contención tanto para el consultante como para el consultor, y si ambos están de acuerdo, se iniciará el proceso terapéutico. En tanto el encuadre funcione, se seguirá con el mismo, pero si por algún motivo no funciona, y hubiese necesidad de acortar tiempos, cambiar días y horarios por motivos imprevistos o previstos, el encuadre deberá ser flexible y no rígido, para poder adecuarse a la situación particular. Por último, teniendo en cuenta que la psicología humanista, y la filosofía existencial son las bases de la consultoría psicológica, el consultor se posiciona dentro de la visión o perspectiva de que el consultante llegue a conectarse con su sí mismo, para poder desarrollar sus potencialidades, ya que el término existir, tiene que ver con poder salir de uno mismo, “ser” uno mismo, al contrario que vivir, que es en un sentido más biológico. Sin embargo ese aspecto del sí mismo, puede darse o no en un proceso terapéutico, pero sin dudas dependerá siempre del proceso particular que pueda hacer el consultante, que en cada caso será único.
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Arg Counseling
Etiquetas: Digo lo que pienso
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